HERMANDAD DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA EXPIACIÓN Y MARÍA STMA. DE LA VICTORIA
MENÚ PRINCIPAL  
  INICIO
  SALUDA DEL HERMANO MAYOR
  HISTORIA
  PATRIMONIO
  VOCALÍA DE CARIDAD
  GRUPO JOVEN
  II ENCUENTRO DE JÓVENES COFRADES
  GALERÍA DE FOTOS
  VIDEOS
  ARTÍCULOS DE VENTA
  RADIOS COFRADES
  RINCÓN LITERARIO
  => TODO POR AMOR
  => LA CRUZ DE LOS POBRES
  => A JESUCRISTO
  => SAETA
  => AL CRUCIFICADO
  => REFLEXIÓN COFRADE
  CURIOSIDADES
  ENLACES
  LIBRO DE VISITAS
REFLEXIÓN COFRADE

     Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: "Este es el Rey de los judíos".

     Y junto a esa palabra de perdón y misericordia, difícil de entender en tan supremo trance, antes de entrega el espíritu, viéndonos en orfandad, dirigiéndose a su madre y muy cerca al discípulo que tanto quería, se expresó con otra palabra, igualmente llena de misericordia y ternura:
"Mujer, ahí tienes a tu hijo" .Y luego a su discípulo: "Ahí tienes a tu Madre". Y desde aquella hora el discípulo la recibió en casa.

     Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la escritura, exclamó: "Tengo sed".

     Había allí un jarro de vinagre y sujetando una esponja empapada en el vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Llegó la hora tantas veces anunciada, de pasar de este mundo a tu padre, la hora de tu muerte, la hora del fracaso aparente, pero la hora gloriosa de Tu triunfo.
Naciste para morir por nosotros, pero Tu te sometes a la muerte porque quieres: es el precio costoso del rescate, que te impuso Tu padre al venir al mundo. La Expiación se ha cumplido, y con ella llega la Victoria de Tu Reino.
 
     "Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su propio Hijo".

     En esta cruz de palo termina tu existencia terrena, pero en tu muerte comienza nuestra vida, vida de hijos de Dios, hermanos tuyos, desde el bautismo herederos de tu Gloria.
Has muerto por nosotros y nos mandas amarnos como Tú nos has amado.

     Pero los hombres no pueden vivir juntos, sin odios, rencores, zancadillas, se persiguen, se explotan, se calumnian, suprimen los hijos indefensos que estorban, procuran criminalmente que no lleguen a nacer, se desprecian, se roban, se engañan, guerras y terrorismo por doquier, venden por un capricho la vida divina que les diste.
     
     ES MÁS FUERTE NUESTRO EGOISMO QUE EL AMOR HASTA LA MUERTE.

     Preparémonos para vivir la SEMANA SANTA como verdaderos HERMANOS y que el estandarte que pasee por nuestras calles sea el AMOR y ENTREGA a los demás.
RECOMIÉNDANOS  
   
Facebook botón-like  
 
 
www.hcemv.es.tl  
  Haznos tu página de inicio  
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis